FINALISTAS:
FECHA: 25 DE JUNIO MARTES, DE 17:00 A 19:00 H.LUGAR: AULA DE CULTURA DE ALGORTA (CALLE VILLAMONTE, A8 BAJO)
- MARLYZ DARIELA PINEDA HERRERA.
- ELENA POVEDA KAZAK.
Cuento de Elena:
"MI MEJOR AMIGO"
Había una vez una niña llamada Nerea,
ella estaba muy nerviosa por la mudanza, se iba a mudar a otro país y otro
lugar. Tenía miedo de no hacer amigos. Se pasó todo el viaje llorando porque
dejo a su familia, amigos, vecinos y conocidos de allí. Cuando llegó a su nueva
casa, después de diez largas horas, sus primeras impresiones no fueron buenas.
Era muy pequeña, tenía un techo medio roto y todo parecía espeluznante.
Sus padres vieron que estaba
desesperada y la llevaron a una pizzería, su comida favorita, pero después de
comer esa deliciosa pizza, seguía igual de triste. Fueron a casa y se sentó en
una esquina a llorar, bueno más bien a chorrear. Notó un cosquilleo en la
pierna y resultaba ser una araña pequeñita, y se asustó. En ese momento se
lanzó por un pasillo largo y lo siguió.
Encontró una habitación de ensueño y
ahí, en el centro había una mesita con una libreta repleta de dibujos, pero la
última estaba en blanco. Entonces Nerea empezó a dibujar a una chica de su edad
y arriba puso en mayúsculas “Lena”.
Sus padres la estaban llamando y se
fue rápido para que no supiesen nada. Se tenía que ir a dormir y se fue. Un
poco más tarde oyó una voz por la puerta y la siguió.
Le guio hacia el escondite donde
apareció una chica la misma chica que dibujo en la mismísima libreta de la
mismísima habitación. Entonces la reconoció y empezaron a hablar. Al principio
era vergonzosa pero luego se fue soltado, hablando toda la noche, tenían muchas
cosas en común.
Al día siguiente seguía pensando en
lo de anoche y no podía imaginarse que hubiera tenido una amiga, porque a la
hora de hacer amigos era muy introvertida. Se fue al colegio y los chicos se
burlaban de ella y no había hecho ningún amigo, pero tenía a Lena y a su
primera amiga del cole. Se fue a casa a ver a Lena super feliz pero esa
felicidad se convirtió en tristeza de nuevo porque ¡No estaba! La buscó por
cada rincón, lugar, sitio y nada, pero encontró una carta que decía:
“Hola Nerea, sé que te estarás preguntando por qué no estoy,
y es por una razón: aparte de que no puedo estar hay contigo para siempre, es
porque tienes que abrirte a la gente y hacer nuevos amigos. Si estoy yo, te
encerrarás conmigo y no harías nada. Y te digo de todo corazón, tienes que ser
valiente y seguir para delante. Yo también te hecho de menos y ¡Hasta la próxima!
Te quiero”.
Desde ese momento empezó a
reflexionar y tenía razón Lena. La vida de Nerea empezó a cambiar, fue
abriéndose más y por supuesto siempre se llevaba su carta. Quedaba casi siempre
con sus nuevos amigos. Cada vez se acercaba más su cumple. Cuando llegó el día
los padres de Nerea invitaron a muchísima gente, los amigos del otro cole,
algunos de su familia y los amigos actuales para hacerle una fiesta sorpresa.
¡Y se la dieron! Se puso a llorar de felicidad y les dio un abrazo gigante a
cada uno de ellos. Le regalaron entre todos un cuadro pintado por un famoso
donde estaban todos los de la fiesta para que les recordase.
Varios meses después… se hizo hasta
popular en el nuevo colegio y se echó un novio guapísimo. Incluso tenía su
propia cuadrilla.
- Nerea, ¡a despertar hay que ir al cole! -dijo su madre.
- ¿Qué? ¿Esto ha sido un sueño? – dijo Nerea.
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Había una vez una niña llamada Nerea,
ella estaba muy nerviosa por la mudanza, se iba a mudar a otro país y otro
lugar. Tenía miedo de no hacer amigos. Se pasó todo el viaje llorando porque
dejo a su familia, amigos, vecinos y conocidos de allí. Cuando llegó a su nueva
casa, después de diez largas horas, sus primeras impresiones no fueron buenas.
Era muy pequeña, tenía un techo medio roto y todo parecía espeluznante.
Sus padres vieron que estaba
desesperada y la llevaron a una pizzería, su comida favorita, pero después de
comer esa deliciosa pizza, seguía igual de triste. Fueron a casa y se sentó en
una esquina a llorar, bueno más bien a chorrear. Notó un cosquilleo en la
pierna y resultaba ser una araña pequeñita, y se asustó. En ese momento se
lanzó por un pasillo largo y lo siguió.
Encontró una habitación de ensueño y
ahí, en el centro había una mesita con una libreta repleta de dibujos, pero la
última estaba en blanco. Entonces Nerea empezó a dibujar a una chica de su edad
y arriba puso en mayúsculas “Lena”.
Sus padres la estaban llamando y se
fue rápido para que no supiesen nada. Se tenía que ir a dormir y se fue. Un
poco más tarde oyó una voz por la puerta y la siguió.
Le guio hacia el escondite donde
apareció una chica la misma chica que dibujo en la mismísima libreta de la
mismísima habitación. Entonces la reconoció y empezaron a hablar. Al principio
era vergonzosa pero luego se fue soltado, hablando toda la noche, tenían muchas
cosas en común.
Al día siguiente seguía pensando en
lo de anoche y no podía imaginarse que hubiera tenido una amiga, porque a la
hora de hacer amigos era muy introvertida. Se fue al colegio y los chicos se
burlaban de ella y no había hecho ningún amigo, pero tenía a Lena y a su
primera amiga del cole. Se fue a casa a ver a Lena super feliz pero esa
felicidad se convirtió en tristeza de nuevo porque ¡No estaba! La buscó por
cada rincón, lugar, sitio y nada, pero encontró una carta que decía:
“Hola Nerea, sé que te estarás preguntando por qué no estoy,
y es por una razón: aparte de que no puedo estar hay contigo para siempre, es
porque tienes que abrirte a la gente y hacer nuevos amigos. Si estoy yo, te
encerrarás conmigo y no harías nada. Y te digo de todo corazón, tienes que ser
valiente y seguir para delante. Yo también te hecho de menos y ¡Hasta la próxima!
Te quiero”.
Desde ese momento empezó a
reflexionar y tenía razón Lena. La vida de Nerea empezó a cambiar, fue
abriéndose más y por supuesto siempre se llevaba su carta. Quedaba casi siempre
con sus nuevos amigos. Cada vez se acercaba más su cumple. Cuando llegó el día
los padres de Nerea invitaron a muchísima gente, los amigos del otro cole,
algunos de su familia y los amigos actuales para hacerle una fiesta sorpresa.
¡Y se la dieron! Se puso a llorar de felicidad y les dio un abrazo gigante a
cada uno de ellos. Le regalaron entre todos un cuadro pintado por un famoso
donde estaban todos los de la fiesta para que les recordase.
Varios meses después… se hizo hasta
popular en el nuevo colegio y se echó un novio guapísimo. Incluso tenía su
propia cuadrilla.
- Nerea, ¡a despertar hay que ir al cole! -dijo su madre.
- ¿Qué? ¿Esto ha sido un sueño? – dijo Nerea.
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Cuento de Dariela:
"KEY OF THE WORDL"
Kendall Campbell, una
chica popular, un poco despreocupada, físicamente atractiva, con una vida muy cómoda
y llena de riquezas, pero hay algo que ella desea y el dinero no lo puede
comprar, eso es, la atención de sus padres que siempre discuten por todo, eso
la llevado a tener ansiedad social.
Connor Adams, el chico
raro del salón, con problemas de inseguridad, es la causa de risa de los chicos
más populares, tratando que llegue el día de poder irse de una buena vez de Phoenix.
Samantha Collins, la
inteligente, número uno en el salón nadie puede
con ella cuando de ecuaciones se trata, tiene baja autoestima, es la
nerd y por eso la molestan todas las chicas.
Día 30 de Agosto. Por
la noche.
Sola en mi habitación,
preparándome para dormir y tratar de olvidar las discusiones, los gritos de mis
padres y sus amenazas. Sin darme cuenta me quede me quede profundamente
dormida. Cuando en medio de mi sueño escuche la voz de un hombre a lo profundo
de mi oscuridad mental que me decía:
-Ken-Kendall,
eres el todo, eres singular y sé que te sientes vacía.
-¿Quién
eres? –respondí asustada-
-Solo puedo
decirte que eres importante, en mi mundo.
-¿Qué
dices? No lo entiendo.
Desperté de un golpe, asustada, sintiendo una fuerte tensión en mi pecho que no me dejaba respirar,
el sudor recorriendo mi frente y el hombre llamando a mi nombre.
31 de Agosto.
A primera hora de la mañana, sin haber cerrado los
ojos desde aquel momento.
Baje a desayunar, solo mama estaba. Y ella me dijo:
-
Kendall
te ves rara, ¿has podido dormir?
-
No, no
pude pero estaré bien.
-
Bueno,
entonces apresúrate porque llegaras tarde Ken, ve a cambiarte.
Simplemente asentí y subí a mi habitación.
Me cambie rápido y me
fui al colegio con muy pocas ganas.
En el colegio escuche a
Connor hablando sobre un sueño raro y él decía:
-
Un
hombre me dijo que podría llegar a gobernar parte de un mundo superior a este,
pero solo si tomaba la decisión correcta. Y habían tres números el 3,6 y 9.
Luego de escucharlo
pensé: al fin no soy la única que ha soñado algo así y por un momento me sentí
aliviada, así que decidí en ir y hablar con él, aunque me mirarían raro, tenía
una reputación que cuidar.
Así que le acorrale en
el pasillo y le pregunte de la forma más directa:
-
Oye,
Connor ¿cierto?, has tenido sueños extraños verdad.
-
Kendall
¿verdad?, no deberías de estar con tus amigas, en lugar de preguntar le a la
gente acerca de sus sueños.
-
Te
pregunte si habías soñado algo extraños, no te pedí consejos – de la nada me
enoje-.
-
Si, si
he tenido un sueño extraño.
-
Era
difícil decirlo. – respondí-
-
Pero,
¿A qué viene todo esto?
-
Porque
yo también, he tenido un sueño raro y fue tan real.
-
Es
raro –agrego- pero debemos de encontrar a la otra persona
-
¿Otra?
–dije un poco sorprendida-.
-
Claro,
alguno de nosotros dos debemos de ser un número, pero falta otra persona.
-
¿Quién
podrá ser? –pregunte-.
-
No lo
sé, pero seguro que seremos algo importante en es otro mundo.
Suena la campana interrumpiéndonos, por lo que, solo dijimos adiós. Cuando en medio de la
multitud mire a una chica que me miraba de manera constante y al tratar de
acercarme a ella y decirle que parara, ella salió corriendo y yo detrás de
ella. En un momento le grite:
-
¡Oye
espera!
Pero no hubo respuesta. La seguí por todo el campo del
colegio, hasta que por fin ella se detuvo, y me dijo:
-
Te he
escuchado hablar con el chico en el pasillo, ¿ustedes también les ha pasado lo
mismo?
-
Si, ¿a
ti que es lo que te dijo?
-
Ustedes
son nuestra iluminación, regresen.-replico-
-
¿Qué
hacemos?
-
Resolver
esta locura lo más pronto posible, pero solo podemos hacerlo los tres juntos
–dije seria-.
-
Lo
hare –respondió decidida-
-
Está
bien, pero antes dime tu nombre.
-
Samantha Collins.
Ambas debíamos de volver a clase así que, solo dijimos
adiós. Después de unos minutos, me quede sola con mis pensamientos, me pregunte
el porqué de haber sido nosotros y cual sería nuestro final, estaba preocupada,
pero, no podía hacer nada.
Al llegar a casa, hice lo típico de mí día a día. Al
cabo de unas horas me quede dormida y hay comenzó todo de nuevo, pero esta vez
era diferente los chicos y yo, estábamos en un campo, lleno de viento, tratando
de llegar a un túnel oscuro que se abrió de la nada, había muchos ruidos raros
que provenían de él.
1 de Septiembre
Y desperté ¡ahg!
Ya estoy harta de esto –lance mi almohada dejando caer una foto.
Cuando decidí levantarme para tomar una ducha y
cambiarme, escuche a mis padres discutir otra vez, entonces rápidamente me
duche y desayune antes de salir me puse mis audífonos y no mire atrás.
Al llegar al colegio me dije a mi misma: “se fuerte, y
finge una sonrisa como lo has estado haciendo”. Sin darme cuenta mire que
Connor y Samantha estaban dirigiéndose a mí y gritando:
-
¡Oye!
–gritaron ambos-.
-
Tú
también –me preguntaron-.
-
¿Acerca
de qué? –respondí-
-
¡El
sueño! –dijeron-.
-
Claro,
si te refieres a que estábamos en un campo.
-
Si,
-dijo Connor- yo soñé que entrabamos en el túnel y salíamos a un edificio.
-
Yo
solo soñé en donde es el campo y está Winckerburg a dos horas de aquí, saben
chicos hay viven mis abuelos y ese campo está un poco cerca de su casa, -añadió
Samantha-.
-
Perfecto
debemos de ir –agregue sin pensarlo-.
-
Aguarda
no iremos hoy, debemos de ir el domingo 3 lo he visto en mi sueño.
-
Mañana
es sábado, bueno, hoy todos informaremos a nuestros padres Connor si tienes que
mentir hazlo –respondí-.
-
Está
bien –respondimos todos-.
-
Mañana
a las 2:00 p.m. aquí, llevare mi coche –agregue con mucha seguridad-.
Luego de hablar con los chicos, me fui llena de
preocupación, pensé: “Ir a Winckerburg mis padres me mataran”, pero no sería la
primera vez, por lo que tengo un plan A pedir permiso y decir la verdad, y un
plan B escapar y decir que estaba en casa de alguien.
Al llegar a casa hable con mis padres y me dijeron:
“Vete si quieres”. Supuse que estaban cansados de mí, y sin darle mucha
importancia arregle mis cosas, y me dormí.
2 de Septiembre.
Al despertar me di cuenta que por fin deje de tener un
sueño loco.
Parte del día pasó demasiado rápido, hasta que por fin
llegó la hora las 2:00 p.m. al llegar al parking enfrente del colegio mire a
los chicos, ellos se acercaron rápidamente y Connor dijo:
-
¡Wow! Lindo
coche Kendall –lo dijo mientras se acercaba-.
-
Gracias,
¿están listos?
-
Si
–respondieron en una sola voz-.
-
¡Entonces
vamos!
Emprendimos camino hacia Winckerburg, los primeros 30
minutos fueron incomodos, así que conecte mi móvil al radio del coche y encendí
la música, fue cuando Samantha comenzó a cantar:”Just let me love you when your
heart is tired”, Connor y yo nos unimos, y al cabo de unos minutos un señor del
coche de al lado no grito: “Ya cállense”, nosotros molestos comenzamos a
burlarnos de él.
Nos faltaban 15-20 minutos para llegar, pero debía de
detenerme por gasolina, los chicos bajaron por algo para picar y zumo, sin
darme cuenta ya estábamos en la entrada del pueblo, durante los últimos 15
minutos Samantha dirigía el coche para llevarnos a la dirección correcta y
encontrar un buen parking.
Luego de unos minutos después nos encontrábamos en la casa
de los abuelos de Samantha, nos mostraron nuestras habitaciones. Luego todos
estábamos cenando y al mirar a mí alrededor me di cuenta de un ambiente
familiar del cual nunca había formado parte de mi vida, se sentía extraño pero
era como en estar en casa.
3 de Septiembre.
Las luces del sol me reflejaban en la cara, sin más me
levante preguntándome si fue la mejor elección el haber venido hasta aquí. Baje
silenciosamente a desayunar, me encontré
a Connor y Samantha esperándome para desayunar, mientras desayunábamos Samantha
nos dijo:” No importa la oscuridad que nos envuelva debemos de encontrar la
luz”.
Luego de desayunar decidimos en ir a comer algo y
relajarnos, entonces nos dirigimos a un
buen lugar para hacerlo habían muchos video juegos, muchas tiendas, y muchas
opciones de comida. Y estaba súper cerca de casa ya que era un fastidio mover
el coche.
Unas horas después. Connor nos dijo:
-
Chicas
es hora de –lo dijo inseguro-.
-
Está
bien, pero estamos seguros de esto ¿Verdad? –pregunte-.
-
Si
–respondieron-.
-
Vamos
–agrego Samantha-.
Eran las 11:20 p.m. al fin habíamos logrado entrar en
el campo solo debíamos de caminar un poco más.
11:30 p.m. – Hemos llegado chicos –exclamo Samantha-.
-
Ya era
hora –agregue enojada-.
-
No se
te da el andar en un campo ¿Verdad? –pregunto Connor-.
-
Claro
que no –respondí-.
-
Ya
dejen de pelear se miran como niños de 5 años –agrego Samantha-.
11:55 p.m. –Aun nada chicos –dijo cansada-.
-
No
Samantha –replicamos-.
3 minutos después. –Oye espera se está abriendo algo
–grito Connor-.
Sin dudar un momento empuje a los chicos y nos
adentramos en el túnel oscuro de se abría frente a nosotros, al llegar al final
nos encontrábamos dentro del edificio, un hombre nos estaba esperando, si, el
hombre.
Se nos acerca y nos dijo:
-
Me
llamo Edward, y soy el que les ha estado hablando en sus sueños
-
Entonces
eres tú el desgraciado que no nos deja dormir –respondí-.
-
En
efecto, mi lady, Kendall ¿Verdad?
-
Si.
-
Chicos
les he traído aquí por una única razón, y esa es, ustedes son importantes en
este mundo, tendría la oportunidad de regir
parte importante de este mundo y dejarían de sufrir humillación,
dejarían de fingir alguien que no son, pero para ello tiene dos opciones:
1º Venir conmigo a
este mundo mejor pero desaparecer en su mundo.
2º Morir en ambos
mundo.
-
¿Cuál
deciden? –pregunto Edward-.
En menos de dos minutos yo ya lo tenía claro, así que
respondí:
-
Opto
por la 1º, no me sirve de nada mi mundo, ni siquiera tengo a alguien importante
–agregue triste-.
-
Buena
opción Kendall, tu regirás este mundo –acto le marco el número nueve en la
muñeca.
-
Yo, la
1º, quiero olvidar y que me olviden, por eso llévame contigo Edward.
-
Samnatha
Collins, una combinación de luz y oscuridad tienes en tu interior –comenzó y la
marco con el número 3-.
-
Connor
¿qué elijes? –pregunte-.
-
Prefiero
morir, no quiero vivir ni en este mundo, ni en el nuestro –lo dijo dejando caer
una gota de lágrima por su mejilla-.
-
Adelante,
querido Connor, esa es tu decisión –respondió mientras se acercaba y lo marcaba
con el número 6-.
Al terminar de marcarnos, nuestras memorias se
desvanecieron, no lograba recordar nada aunque me propusiera.
Solo le implore a Edward “Déjame recordar estos
últimos días con los chicos”. Y él lo hizo.
Samantha se
encontraba a mi lado dejando caer lágrimas que recorrían sus mejillas, solo recordaba los últimos
días.
Al cabo de unos minutos el cuerpo de Connor
desaparecía lentamente, al punto de dejar de estar en la habitación con
nosotras.
-
Si
Connor hubiese conocido la magnificencia de nuestro mundo basado en una regla
de tres, seis y nueve, tendría la llave al universo. -agrego Edward.
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